domingo, 4 de enero de 2009

Un payaso sin nariz

Una gorra de ocho gajos de terciopelo negro y corte italiano era algo difícil de conseguir en el barrio donde vivía, pero con un poco de suerte un viernes de tianguis por la mañana en Santa Cruz Meyehualco hay cosas que uno puede encontrar por una ganga, sí; fue en ese tianguis donde  por unos cuantos pesos obtuvo aquella gorra parecida a la que usara Jack Leslie Coogan en la legendaria película “El Chico” de Chaplin: una gorra ideal para un payaso vagabundo.

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Un día después, por la mañana, luego de practicar malabares se sentó a almorzar con su esposa e hija. La gorra ya estaba junto al vestuario que utilizaría. Terminado el almuerzo, vino el ritual del baño que desde siempre consistió en entrar primero a cagar y allí en la taza del baño meditar por largo tiempo; hasta que su esposa golpeaba la puerta y a pesar de ello continuar otros minutos meditando. No había en el mundo mejor lugar para pensar en su vida de payaso, era completamente libre y su creatividad no tenía limites; los mejores chistes y rutinas se le ocurrían allí. Finalmente salió para dejar entrar a su esposa, quién ya había perdido la paciencia. Ella al igual estuvo largo rato, empero, su tiempo allí era utilizado en otra clase de meditaciones. Pensó mucho en el músico que acababa de conocer apenas unos días atrás, le había impresionado con su manera de tocar la guitarra y sobre todo porque era rockero y amaba el blues pero, toda su imaginación se vino abajo cuando su pequeña hija pateó la puerta del baño demandando su turno de meditar. La pequeña estuvo el tiempo suficiente para desesperar a su padre quien ya estaba ansioso por bañarse pero; en aquel palomar nadie se atrevía a molestar las meditaciones de la niña. Al parecer era una cuestión hereditaria que ella también pasara mucho tiempo en el baño. Salió la pequeña y al fin pudo bañarse el padre.

Frente al espejo se preguntó si toda la vida estaría usando la máscara de payaso que acababa de dibujar en su rostro, suspiró y luego de no encontrar respuesta en sí mismo se levanto, no sin antes retocar un detalle en las cejas. Listo el maquillaje, ahora tocaba el turno al vestuario. Negro y blanco, colores poco usados por la mayoría de los payasos pero que a el le gustaban para su personaje, sobre todo por ser vagabundo, así el negro y blanco hacían contraste con la nariz roja y en este día el nuevo elemento: la gorra italiana, que le daba un toque especial. ¡Ah! ¡Que bonito payaso! Salió del palomar y se dirigió al Bosque de Chapultepec donde trabajaba con otros payasos frente al lago.

Allí frente al lago se daban cita todos los fines de semana un grupo de payasos para divertir a los paseantes del bosque, quienes en el camino al zoológico se detenían un rato a ver el show. Fue Chispín el primero en apreciar la nueva gorra de Coco y fue hasta ese momento en que sabría él que se trataba de una gorra italiana pues su amigo sí que sabía de gorras. Estuvo muy contento y al pasar por las monedas que daba la gente, lo hizo con su nueva gorra italiana donde eran depositado el dinero. El duro rayo del sol nunca fue motivo para no presentarse y menos para que la gente no se quedara a un rato de diversión. Lo extraño es que ahora muchos no lo recuerdan. Terminó el día y estuvo bien.

De regreso a casa pensó en lo bueno que sería ir a cenar unos ricos tacos de los que le gustaban tanto a su hija pero, al llegar al palomar lo encontró vacío, vacío, vacío... Todo estaba allí, la mesa, las sillas, las camas, el espejo, el caballito de su hija. Estaba todo y sin embargo, tan vacío, que sintió frío. Su esposa se había ido llevando sólo a la niña consigo. Recordó que no era la primera vez y supo que regresaría pero esa noche no quería dejar de buscarla. Salió del palomar y fue a casa de su suegra, cuando llegó ya era muy tarde. Preguntó si ellas estaban allí aun sabiendo que no. La suegra lo invitó a quedarse pues no podría regresar a esa hora en metro ni en microbús y un taxi sería muy caro. Él no acepto, tenía la esperanza de encontrarlas de regreso y se fue. Decidió que sería bueno caminar, la noche era larga con una llovizna ligera y quería hacer más largo el regreso, después de todo eran poco más de quince kilómetros de distancia.

No hubo que caminar mucho para hacer de aquella una de las noches más largas en su vida. Apenas había andado un par de kilómetros cuando iba caminando frente al deportivo de Coyuya. Pasó frente a un grupo de hombres que estaban fumando marihuana. De momento sintió que lo habían observado mucho y sintió un poco de miedo, así que apresuró sus pasos y fue en ese momento cuando escuchó al grupo de hombres acercarse corriendo y sintió más, mucho más miedo. No volteó y sintió como uno de los hombres lo tomaba del cuello por la espalda al tiempo que otro hombre le enseñaba una navaja y le decía que no los mirara a la cara y otro más le daba una patada en el culo: que no en las nalgas. Todo fue muy rápido. En pocos momentos lo golpearon y le arrebataron zapatos, dinero, chamarra, además, y esto sí que era triste... se llevaron su nariz de payaso y la gorra italiana.

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Gateando y sin atreverse a levantar la vista avanzó unos metros. Cuando ya no escuchó nada y estuvo seguro de que los asaltantes se habían marchado volteó para ver la calle vacía. Se levantó y comenzó el regreso a casa de la suegra. La llovizna continuaba, la calle estaba mojada y llena de charcos. El frío era tanto como cuando sintió la ausencia de su esposa e hija en el palomar. Con los pies empapados, el cuerpo dolorido y el espíritu apachurrado iba de regreso, llorando, llorando, llorando. Un payaso en pena. Un payaso sin nariz. Un payaso que gritaba su desgracia en medio de la noche y la llovizna. Un... un... sí, un payaso sin nariz que perdió su gorra... su gorra italiana.

Martín Dupá






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Lo que se comenta allá, en hi5:


Xiobella dice: 03:00 PM

Gracias por el relato, en verdad me gusto, muy conmovrdor. Feliz año! chao





Я° YunUėN dice: 07:25 PM

Emotivo y dolorosamente irónico. Hermosas imágenes (visuales y literarias).





Martín Dupá dice: 07:58 AM

Amigas, gracias por sus comentarios.

Un abrazo!






luz María dice: 07:01 PM

Muy tierno y conmovedor.Un relato hermoso y a la vez, triste, me gustó. Felicitaciones. Bye.





Cynthia dice: 12:48 PM

esta chido,me gusto!
feliz año!





6 comentarios:

  1. =O

    Espero que estes bien!!

    Y bueno si de algo sirve yo te regalo una nariz de payaso!!

    Roja como una cereza!!!!

    Pero lo mas importante es saber como ese gran payaso, sin gorra italiana ni nariz .....

    Lo material se va y regresa..

    La vida misma no...y antes que sus pertenencias esta esa niña que te saca del baño, para poder pensar donde se es libre.. Esa esposa que aun un poco molesta (por eso de no dejar meditar agusto) tambien ocupa de Tí....

    Lo demas va y viene verdad!!!

    que paso mi buen payaso lindo y querido amigo ya que asi yo lo nombro...

    desde el sur mil ocho mil besos...

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  2. Por cierto hace unos 4 días leia con mi tío las famosisimas cronicas de un pata de perro y mmmmmm cuando contaras "las cronicas del kinder" jajaja.......

    Hay mucho que contar!!!


    y espero regresar por estos lares que tan abandonado eh dejado!!!


    Querido y estimado camino a seguir, mis mejores deceos!!! para ti y tu hermosa familia!!

    Smuacks!!!!

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  3. Griselda, me da mucho gusto tenerte presente acá en el blog. Todo lo que escribes es bien recibido. ¡Muchas gracias!

    Besos letransfusionados y alucinados! ;)

    PD Ah! Que bien eso de compartir con el tío.

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  4. Siempre es un placer leer lo que subes, mi tío comparte las mismas ideas y tambien esta esperando mas historias de tiempo atras......


    Que bueno que aun sigues por estos lares!!!!


    FELIZ AÑO!!!


    (este es mi año)


    (espero pronto contarte)

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  5. Querio Martín. Las cosas en la vida llegan y se van cuando tienen que irse, suben y bajan y a veces no entendemos bien por qué, o para qué, pero me gusta pensar que siempre es para hacerle espacio a otras cosas nuevas que van a venir. Un payaso sin nariz y sin gorra sigue siendo un payaso, porque lleva los colores, las alegrías y las tristezas en el corazón. Ánimo y muy feliz y pleno 2009.

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  6. dejar lo material lo que te quita, es mas alla, tranquilidad, miedo, resentimiento, el sanar lleva tiempo, y ademas es algo que se esta volviendo comun hoy en dia, la vida continua y no hay de otra, a si es que te levantas o te quedas, me pregunto cual es la evoluncion del hombre?

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